Nunca cesó la horrible noche.
"Llega un momento en que el funcionamiento de la máquina se vuelve tan odioso, te enferma tanto el corazón, que no puedes participar, ni siquiera de forma pasiva. Y tenemos que poner nuestros cuerpos sobre los engranajes, las ruedas y las palancas, sobre todos los aparatos, y hacer que se detenga. Tenemos que indicarle a aquellos que la dirigen y controlan: ¡La máquina no podrá volver a funcionar hasta que seamos libres!". -Mario Savio, 1964 (Traducción libre). Hice parte del grupo asquerosamente privilegiado de colombianos que creció bajo relativa paz; no tuve que preocuparme por tener un lugar dónde dormir, ni un plato de comida en la mesa cada que tuve hambre, ni por tener una escuela a la cuál asistir todas las mañanas. Así, sin ninguna clase de mérito o razón aparente, sin haber hecho algo más que solo nacer, corrí una mejor suerte que la mayoría de los demás niños y niñas del país. Es caótico, y una mierda. Quizá por ser consciente de ello es que si...