2020 en 10 álbumes
Sin temor a sonar exagerado, en medio del caos aparentemente interminable, la música fue el gran pivote que me sostuvo de no perder la cordura.
Pocas cosas puedo escribir sobre el 2020 que no hayan dicho ya; un año atípico donde palabras como pandemia, encierro, crisis y abuso de autoridad (aunque ya estábamos acostumbrados a las dos últimas, por lo menos en este lado del mundo) retumbaron en los medios y en las vacías calles de casi todo el planeta.
Pero las aguas poco a poco empiezan a calmarse, y como siempre he creído que es mejor recordar las cosas por su parte "menos mala" (más que todo por salud mental), decidí hacer este humilde recuento del año más loco de nuestras vidas, con un ranking de los que según mi opinión personal fueron los 10 mejores álbumes lanzados el año pasado. Todos ellos altamente recomendados, lógicamente.
10. "ENVOLTORIO" - Miranda Johansen (ft. Percii, Lvpe, Iván Cetkovich):
Empiezo con una artista americano-argentina que escuché por primera vez el último año. Con este, su segundo disco, dió un golpe fuerte en la mesa de la escena independiente latinoaméricana. ENVOLTORIO no solo cuenta con un trabajo de producción impresionante, si no que es un recorrido envolvente por la ingeniosa capacidad creativa de Percii, Lvpe, Iván Cetkovich, y por supuesto, la misma Miranda. Sus arreglos de pop electrónico y oscuro me recordaron mucho a A Thousand Suns de Linkin Park, experimental a más no poder.
Dicha aura lúgubre es introducida por "Sueño Nómade", un corte instrumental y sombrío, igual que el siguiente track, "Envoltorio". Si bien tiene puntos muy bajos en temas como "Radioactiva" y "Pausa", logra agarrar vuelo con la canción "Rayo Violeta", un tema bellísimo y colorido donde Miranda y Vanessa Zamora nos exponen una bella balada de pop experimental. "Desastre Natural" y "Lo que se disuelve" son otros dos temas experimentales que cierran un disco que no será de los mejores que escuché en mi vida, pero que sin duda me dió una grata sorpresa por su enigmático y confuso sonido
9. "Gigaton" - Pearl Jam
7 años tuvimos que esperar para que esta legendaria banda de Seattle nos regalara un nuevo título para su respetable discografía. Al tratarse de una de las agrupaciones más famosas y recordadas de la movida grunge de los 90's, era de esperarse toda la expectativa que generó el anuncio de un nuevo álbum a finales de 2019, y el recelo que aún reservaban los seguidores más puristas (quienes, luego de sus últimos lanzamientos, les acusaron de vender su sonido a la industria).
Pero Gigaton estuvo fuera de toda proyección que pudiera hacer. Cuando llegó a mis oídos a finales del mes de marzo supe que me encontraba ante uno de los mejores discos del año. Durante muchos instantes se permite regresar a la esencia sucia del viejo Pearl Jam en canciones como "Who Ever Said", "Superblood Wolfmoon" o "Quick Scape"; mientras que se permiten explorar con un sonido más moderno y experimental en otros cortes como "Dance of the Clairvoyances" y "Buckle Up"; sin olvidar las bellas baladas de "Alright", "Retrograde" y "River Cross" (siendo esta última un cierre perfecto para el álbum).
En un año marcado por los regresos triunfales de varias leyendas del rock, encontrarse de nuevo con la voz de Eddie Vedder palpitando en las radios fue de las cosas más lindas que tuvo el 2020.
8. "ANTI-ICON" - Ghostemane:
Uno de mis artistas favoritos de la actualidad. Ghostemane quebró los estereotipos de todos los que veíamos con escepticismo al trap en un inicio; demostró que se trata de un movimiento pluralista en el cuál tienen cabida hasta las expresiones artísticas más revolucionarias y contraculturales. Fue eso lo que sentí con cada canción que se adhería a su álbum ANTI-ICON (ya que dicho trabajo se lanzó por partes, donde cada semana salían a la luz nuevos temas hasta completar los 13 que lo conforman).
Para este nuevo trabajo, las influencias de su pasado en el metal y el hardcore se hacen más evidentes de lo común, en varios momentos pasando incluso a un primer plano como en "Vagabond" o "Lazzaretto"; pasando por su estilo más clásico en "Hydrocloride", "AI" y "Calamity". Incluso se permite experimentar en cortes del estilo "Anti-Social Masochistic Rage" (donde podemos evidenciar gran influencia de la música de Marilyn Manson). Como apunte final, este disco termina con la sorprendente "Falling Down"; un tema tan inesperado como necesario; una balada con guitarras acústicas revoloteando junto a una voz melódica y sin distorsión, clausurando así uno de mis álbumes favoritos dentro del género del trap.
7. "Beneath the Eyrie" - Pixies
La agrupación americana que supo llevar las banderas de la tercera ola del rock psicodélico regresó al ruedo a finales de 2019 con su tercer trabajo luego de su reformación a principios del nuevo milenio.
A pesar de que soy de los partidarios de que la mejor época de Pixies pasó con la salida de Kim Deal, decidí darle la oportunidad al nuevo álbum cuando supe que la talentosa bajista argentina Paz Lenchantin haría parte como miembra oficial del grupo (antes ya había grabado Indie Cindy y Head Carrier como integrante no oficial).
Beneath the Eyrie es un álbum que va de menos a más; inicia con piezas un tanto obscuras y con tinte progresivo (al estilo primitivo de Muse), para luego volcarse al estilo más auténtico de los Pixies de antaño con piezas que, en mi opinión, pueden ponerse al nivel de obras míticas como Silver Rosa o Doolittle, tal es el caso de "Catfish Kate", "This is my Fate" y "Long Rider"; así como temas de hard rock puro como esa tal "St. Nazaire". Eso sí, la cereza sobre el pastel para mí es "Los Surfers Muertos", un temita a medio tiempo donde Paz toma el papel de vocalista principal demostrando por qué merece ser llamada una de las figuras contemporáneas del rock latinoaméricano; un orgullo argentino triunfando en una de las bandas más legendarias de la modernidad.
6. "3.15.20" - Childish Gambino
Childish Gambino ya no necesita demostrarle a nadie que es un artistazo como pocos. Podríamos decir que él mismo se ganó ese derecho; después de la salida de "Awaken , My Love!", en un lejano 2016, logró establecerse como uno de los más respetados productores y cantautores de la industria. Desde entonces, nunca paró de manifestar que su próximo álbum sería el último en su carrera musical.
Y llegamos a 2020, en un año atípico para todos, marcado por el movimiento de Black Lives Matter, y elegido para ser el año de la despedida de Gambino, al menos en su faceta como cantautor.
3.15.20 es un álbum raro desde su título, con una portada en blanco (como lo hicieran en su momento los Beatles en su disco homónimo), incluso en los nombres de sus canciones; quizá es un modo de camuflaje, una manera de intentar pasar desapercibido como solo un álbum más, pero créanme cuando les digo que por dentro esconde un mensaje fascinante. Se trata de una completa experiencia auditiva, con detalles sonoros más allá de las canciones; una pieza conceptual que requiere ser repetida varias veces, ya que cada escucha aporta nuevos elementos al paisaje que dibuja cada uno de sus cortes y que crece en intensidad a medida que avanza.
Arranca con un pieza ambigua como "0.00" pasando por temas ligeros, y hasta "radiables" como "19.10" y "Time" (en colaboración con Ariana Grande); y una reversión de su hit "Feels Like Summer", rebautizada como "42.26". Luego llega el clímax del álbum con "47.48", un tema experimental de 6 minutos con influencia soul, donde las voces de Gambino y su familia dialogan acerca del amor propio; una paz que contrasta al detonar "53.49", el tema final del disco: una canción agresiva y contundente que inhala ira y exhala amor con su pasivo ritmo de funk a modo de coda, probablemente mi tema favorito en la discografía de Childish Gambino, cerrando así gloriosamente uno de los mejores conceptos musicales dentro de su estilo.
5. "After Hours" - The Weeknd
Probablemente el álbum con más ventas de esta lista.
Si bien The Weeknd nunca fue santo de mi devoción, jamás he tenido reparos en conocer su excéntrica calidad como vocalista. Sin embargo, poco y nada me interesaban sus temas que rara vez se salían de la fórmula tradicional del R&B más simplón y comercial; sencillamente no despertaba en mí ninguna sensación resaltable.
Por supuesto que dicha opinión cambió cuando escuché los singles "Blinding Lights" y "Heartless", en los cuáles percibí la capacidad de expresión musical que jamás esperé por parte de este artista canadiense. Contra todo pronóstico, After Hours me fascinó tanto musical como conceptualmente, fue una apuesta arriesgada que derivó en uno de los álbumes más importantes de lo que llevamos de siglo; no por nada se convirtió en un ícono de la cultura pop de manera casi instantánea.
Productores de la talla de Metro Boomin, Max Martin, y hasta el mismísimo Kevin Parker (líder de Tame Impala) congeniaron para engendrar este trabajo donde no solo cada canción es mejor que la anterior, si no que, más importante aún, lograron crear una atmósfera, razón por la cuál ninguna se siente aislada del resto del disco, permitiendo una inmersión que pocos álbumes contemporáneos consiguen recrear.
4. "The New Abnormal" - The Strokes
¿Qué decir de The New Abnormal que no se haya dicho ya?. El regreso triunfal de la icónica banda de New York sorprendió a propios y extraños con un sonido totalmente renovado, pero que logro funcionar por primera vez desde que su etapa "experimental" comenzara por allá en 2011. Esta vez The Strokes van por el premio grande; por primera vez son los favoritos para el premio Grammy al mejor álbum de Rock, y es algo que se han ganado a pulso. Con temas completísimos en cualquier sentido como "Eternal Summer", "At The Door" y " Why are Sundays so Depressing?", hasta hits como "Brooklyn Bridge to Chorus", "Bad Desicions" y, por supuesto, "The Adults are Talking" (la cuál, por cierto, predije que sería el gran éxito de la radio, aunque no era muy difícil de adivinar). Para un análisis más completo, recomiendo leer la reseña que hice en este mismo blog.
3. "Petals for Armor" - Hayley Williams
No podía dejar por fuera al glorioso álbum debut de una de mis artistas favoritas de la adolescencia. Conocida mundialmente durante su etapa como vocalista de Paramore, Hayley demostró que también es capaz de brillar como solista, con una encandilante luz propia que me maravilló desde que escuché su primer EP en el mes de febrero. Luego de otros dos trabajos cortos, en mayo, dió el salto al recopilarlos y estrenar su primer long play en solitario.
Pero no se equivoquen, ya que Petals for Armor no tiene nada que ver con Paramore, ni con nada que se le parezca (a pesar de haber sido producido por Taylor York, guitarrista de la banda); desde el primer segundo te encontrarás con una Hayley más sincera, expresiva (e incluso, tierna) de lo que nunca se ha oído antes. Renunciando al sonido punk pop que tanta gloria le dió en su época más comercial, Williams nos abre la puerta de su corazón, exponiéndonos sus sentimientos e ideas más personales, así como su identidad e influencias como música. Este recorrido por la mente de esta brillante artista nos lleva por pasajes de neopsicodelia en tracks como "Simmer", "Creepin' ", "Pure Love" u "Over Yet", así como por el enigma de los temas pop más experimentales con influencias del Jazz, el Soul y R&B en "Leave It Alone", "Sudden Desire" o la hermosísima "Crystal Clear".
Petals for Armor se siente casi como el diario personal de Hayley Williams, y musicalmente, marca la consagración de una de las cantautoras más completas e icónicas del siglo XXI. Obra Maestra.
2. "La Fuerza" - Agustina Paz
De los artistas que descubrí este año, Agustina Paz fue sin duda mi favorita. Se trata de la gran abanderada de esta nueva generación del folklore tanto en su natal Argentina como a nivel continental. Su habilidad excepcional con el piano y la guitarra, su voz angelical y su genialidad compositiva son cualidades que difícilmente encontraremos en otra u otro artista.
Gracias Agustina, no solo por colorear el año con un trabajo tan hermoso, sino también por reivindicar el género a escala global; y es que su disco La Fuerza no tiene absolutamente nada que envidiarle a álbumes del mismo género como "Folklore", de Taylor Swift o "Rough and Rowdy Ways", de Bob Dylan.
Me cuesta mucho elegir temas destacados en este disco porque es una maravilla de principio a fin, a lo largo de sus 8 temas. Y ni hablar de sus letras, que son pura poesía hecha canción. "Agua de Molino" introduce el álbum con un sonido etéreo, sereno, casi vacío (en el mejor de los sentidos), "Alta Cumbre" y "La Necesidad" son la definición del folk moderno; fusionando el sonido de una caja de ritmos con una melodía bellisíma de piano envuelta en arreglos de cuerda. El éxtasis crece con "Clones", una hermosa mezcla entre ritmos pop y folkore andino, con una letra reflexiva con un mensaje emancipador para la cultura latina. "Una vela", es una balada que baja el ímpetu pero que sabe flotar casi como si tuviera vida propia. Pero el clímax absoluto del álbum llega con los tracks 6 y 7: primero "Llueve", donde Agustina hace una exhibición brutal de su preciosa capacidad vocal, un tema hermoso en guitarra que se crece siempre a la entrada del coro, generando una sensación de olas de mar; para luego coronar con "El Tiempo está Después", la versión más bella que se podrá oír jamás del clásico de Fernando Cabrera, escucharla fue una epifanía musical que no sentía desde hacía mucho tiempo. El cierre con la enigmática "Escrito en el Águila" corona con honores el que para mí es sin duda el mejor trabajo de un artista independiente en todo 2020. Afortunadamente, a Agustina le quedan muchísimos años más de carrera musical, la cuál recomiendo seguir enormemente. 10/10.
1. "Imploding the Mirage" - The Killers.
No fue una decisión sencilla. Hasta último momento estuve considerando declarar un triple empate para el puesto 1. Sin embargo, para nadie es un secreto que habrá un álbum en particular que siempre será recordado cuando miremos hacia atrás recordando la historia del rock and roll a inicions del siglo XXI.
Imploding the Mirage no solo es un disco único en su especie, sino que representó el regreso triunfal de una de las bandas más queridas de la década del 2000. Todo parecía indicar que la calidad magistral alcanzada con su debut Hot Fuss no sería superada nunca, pero afortunadamente este 2020 me regaló una epifanía musical que hace mucho no experimentaba. Estamos ante lo que muchos ya califican como el mejor trabajo en la discografía de The Killers.
Es un álbum introspectivo, lleno de matices, psicodelia, y arreglos impredecibles. Producido por Shawn Everett y Jonathan Rado, mantiene un nivel altísimo a lo largo de sus 10 canciones. Es un disco hermoso empezando por su estética; la portada y el arte que lo acompaña calzan perfectamente con el aura que emana de sus canciones. The Killers vuelven a demostrar que se pueden hacer temas majestuosos con solo 4 acordes, un sintetizador y un vocalista con esa capacidad de tocar fibras sensibles de la manera en que Brandon Flowers lo hace.
"My Own Soul's Warning" y "Caution" fueron hits que la rompieron de forma estratosférica en las radios de todo el mundo en el 2020, por su sonido fresco y envolvente propio del post punk más emotivo que existe, me recordó a la primera vez que escuché a Soda Stereo cuando niño. Sin embargo, The Killers nos reafirman que estamos ante el que es su álbum más completo y mejor logrado; temas como "Blowback", que parece un sentido homenaje al sonido de Los Beatles en Abbey Road, con esos arpegios celestiales de amor y buena vibra, o"Dying Breed", que va de menos a más; empezando con un rítmo pausado y melancólico; hasta que explota en un cromatismo que transporta a la época del Hot Fuss, por su energía frenética, casi fiestera, sus arreglos de electro rock y la contundencia de las guitarras. Otros, como "Lightning Fields", que contiene el que para mí es el mejor trabajo percusivo del álbum, son pura energía y éxtasis melódico, donde destaca esa magnífica colaboración con la canadiense k. d. lang. "My God" tiene un trabajo de producción sublime, sus voces sobrecogen de una manera espectacular y se caracteriza por crear un efecto de inmersión y epicidad como nunca antes sentí con un tema de la banda. "When the dreams run dry" es un tema de synth pop rock sostenido en pianos y arreglos electrónicos, misteriosa, envolvente y un poquito sombría por momentos, anota un último destello de genialidad antes del gran final; "Imploding the Mirage", canción que titula el álbum, resume a la perfección cada una de las influencias y matices que se evidenciaron a lo largo de los 9 tracks anteriores, sabe cuándo detenerse, cuándo ser enérgica y cuándo cerrar, dejándo una sensación de satisfacción y tranquilidad.
Estamos pues, ante el que para mí es quizá el mejor álbum de rock de la última década, solo tal vez al nivel de Melophobia, de Cage the Elephant (2013). Podemos decir con seguridad que The Killers alcanzaron con Imploding the Mirage la cumbre de su capacidad creativa, de la mano de dos de los productores más renombrados dentro de la escena indie, consiguieron fabricar una atmósfera renovada y propia de sus trabajos más previamente aclamados sin caer en el facilismo ni sonar comercial, dejándo la pieza más linda y memorable de 2020.
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